El brote de coronavirus ha catapultado a los consumidores y las empresas de todo el mundo a una nueva realidad. Los supermercados y las cadenas de comida rápida se enfrentan a sus propios desafíos en esta situación y les impulsa a adoptar nuevas prácticas en la forma en que operan, se comunican y colaboran. Este artículo recopila una serie de ejemplos interesantes que ilustran su forma de adaptar sus negocios y su comunicación.
Conocer la etapa en que se encuentra el país en este momento, puede ayudar a prepararse para cambiar los patrones de gasto del consumidor a corto plazo. Además, incluso se podría predecir cómo se configurarán los hábitos del consumidor a largo plazo. Para llevar a cabo la investigación, Nielsen correlacionó los eventos de noticias mundiales con el comportamiento del gasto en, por ejemplo, productos de higiene, salud y despensa.
La prioridad más importante para todos en estos días es mantenerse seguros y saludables. Además de intensificar las medidas de salud y los procedimientos de distanciamiento social, los supermercados y cadenas de comida rápida están tomando medidas adicionales para proteger y tranquilizar tanto a los empleados como a los clientes.
Ahold Delhaize introdujo una "hora antigua" en sus supermercados belgas y holandeses. Durante estas primeras horas de apertura, los ancianos, con mayor riesgo de complicaciones por el coronavirus, pueden comprar tranquilamente mientras los estantes están relativamente bien abastecidos.
Para alentar el distanciamiento social entre la comunidad local, Burger King Belgium ha cambiado el eslógan "Hogar del Whopper" por "Quédate en casa".
Las empresas alimentarias se enfrentan a cambios extremos en los comportamientos de compra de los consumidores, además de gestionar de forma segura la demanda en la tienda y online, salvaguardar las cadenas de suministro e intensificar el reclutamiento. Estos son algunos ejemplos interesantes de cómo los supermercados y las cadenas de comida rápida mantienen el negocio en marcha y satisfacen las demandas de consumidores.
Algunos de los efectos secundarios del coronavirus ya los estamos viendo: cambiar valores, priorizar la cooperación y el cuidado social. Para las empresas de todo el mundo, este es probablemente el momento más natural para mostrar la ayuda mútua y hacia la ciudadanía.